- El Guadalajara cayó y sigue sin conocer la victoria en el Apertura 2022.
En el inicio, Chivas fue más al ataque que su rival, similar al partido contra Juárez, aunque tuvo menos ocasiones claras sin goles anulados.
Ya en la última zona, el Rebaño sigue sin poder conectar, mientras que San Luis aprovechó sus oportunidades y ganó por la mínima.
Cristian Calderón avisó con un tiro de larga distancia al minuto 3’, pero Marcelo Barovero no tuvo inconvenientes y tapó en dos tiempos.
El primer aviso de San Luis fue un tiro de volea de Facundo Waller al 16’, que no tuvo rumbo a portería.
Los potosinos volvieron a avisar para el final del primer tiempo, esta vez con un doble sombrero de Abel Hernández al 43’, que culminó con un toque desviado cuando el uruguayo llegó al área chica.
Un minuto más tarde, Ángel Zaldívar avisó con un potente remate entre las piernas de un defensor, sin embargo, Marcelo Barovero atrapó bien el balón.
Al 45+3’, Abel Hernández habilitó a Waller de cabeza, y Facundo se quitó la marca de Hiram Mier. Ante la salida de Miguel Jiménez, el exjugador de Pumas definió por arriba del portero, para el 1-0 antes de acabar la primera mitad.
Chivas tuvo 4 tiros a puerta mientras San Luis sólo vió el arco en el gol.
Ya en la segunda parte, en el minuto 51, Abel Hernández anotó de cabeza en un tiro de esquina cobrado por Juan Manuel Sanabria. Sin embargo, el árbitro lo anuló por una falta en el área.
Ante la posible derrota, Ricardo Cadena metió a Alan Mozo y al ‘Tepa’ González, que viene de buenas actuaciones en el Tapatío, y sacó a Zaldívar y Mier, para jugar con 4 defensas e ir más al frente.
Sin embargo, las Chivas no pudieron conseguir el gol, a pesar de los 10 minutos agregados al final y terminaron su doble jornada en casa con solo un empate. En cambio, San Luis obtuvo sus primeros tres puntos del torneo.
Para la jornada 3, Chivas visitará la Comarca Lagunera para enfrentar a unos Santos también heridos por Puebla, mientras que San Luis tendrá una prueba difícil al recibir a los Rayados de Monterrey.
CRÓNICA: ANDRÉS NUÑO