Inglaterra quiere ganar algo desde 1966.
En un vibrante y polémico partido que requirió del tiempo suplementario, Inglaterra se impuso por 2-1 a Dinamarca en tiempos extra para asegurar su boleto a la final del campeonato continental. Harry Kane y un autogol de Kjær marcaron la diferencia para los ingleses, mientras que por el conjunto danés marcó Mikkel Damsgaard.
La presión inglesa en el campo se sumó a la presente en la gradas de Wembley durante los primeros minutos de juego. A pesar de que las llegadas importantes de cara al arco fueron nulas, la posesión de balón se mantuvo del lado de los locales durante los primeros 15 minutos.
Pasado ese lapso, Dinamarca empezó a encontrarse mejor en la cancha y poco a poco fueron ganando terreno hasta que en el minuto 29, Mikkel Damsgaard pateó un tiro libre con gran calidad para vencer el marco defendido por Jordan Pickford y romper la racha de Inglaterra sin recibir anotación en esta Eurocopa con el 0-1 danés.
Lejos de venirse abajo, la selección dirigida por Gareth Southgate fue al frente en busca del empate y se quedó cerca de conseguirlo sobre los 38 en un centro machucado que Harry Kane puso para que Raheem Sterling solo llegara a empujar en las afueras del área chica. No obstante, la definición del delantero del Manchester City se estrelló directamente en la humanidad de Kasper Schmeichel.
Apenas un minuto después, Harry Kane recibió en el último sector del campo y de inmediato habilitó a Bukayo Saka. El futbolista del Arsenal condujo por el lado derecho del área y mandó un pase retrasado que Simon Kjær envió a su propia portería al tratar evitar que llegara Sterling a la cita con el gol. Fue así que Inglaterra obtuvo el merecido 1-1 antes del medio tiempo.
El envión anímico de empatar el encuentro le sirvió al combinado de “Los Tres Leones” para el inicio del complemento. Nuevamente la presión en territorio danés fue incesante y a los 54, Kasper Schmeichel se vistió de héroe al atajar un excelso remate de cabeza que Harry Maguire realizó tras un preciso cobro de tiro libre por parte de Mason Mount.
El cuadro inglés lo siguió intentando. El ingreso de Jack Grealish desde la banca incrementó la producción ofensiva de los locales pero ni Kane así como tampoco Raheem Sterling fueron certeros a la hora de definir las jugadas.
La “Dinamita Roja” se aferró al empate con todas sus fuerzas. Si bien en labores ofensivas no pudieron incomodar a Pickford, el ordenado trabajo defensivo les permitió agotar los noventa minutos de tiempo regular para acceder así al tiempo extra.
Ya en los 93 de tiempo suplementario, Harry Kane recibió un pase en profundidad dentro del área y tras aguantar la presión danesa, sacó un zapatazo que se topó con la mano derecha de Kasper Schmeichel, quien nuevamente evitó la caída de su equipo.
La polémica del encuentro llegó a los 102 minutos de tiempo corrido. Raheem Sterling ingresó al área por el sector de la derecha en una potente escapada. El atacante de los Citizens cayó tras un ligero choque con Joakim Mæhle. Los daneses confiaban en que la decisión fuera echada para atrás, pero el VAR en conjunto con el árbitro central neerlandés Danny Makkelie ratificó la marcación de la pena máxima.
Harry Kane fue el encargado de ejecutar desde los once pasos. Su disparo vino sobre la izquierda de Kasper Schmeichel, quien atajó en una primera instancia solo para dejar la pelota servida para que el delantero del Tottenham la empujara a las redes para culminar la voltereta en el juego sobre los 104.
El segundo tiempo extra se volvió un mero trámite. Una exhausta Dinamarca sufrió la falta de fondo físico ante una Inglaterra que se defendió con el esférico en sus pies hasta el silbatazo final.
La malaria terminó y el combinado inglés de Gareth Southgate jugará la primera final de Eurocopa en la historia de la nación ante Italia el próximo domingo en la cancha de Wembley.
CRÓNICA: OSCAR IBARRA.