Chivas aún vive por el repechaje.
En un duelo vital para las Chivas de Guadalajara para seguir soñando con el repechaje, los rojiblancos sacaron el pecho y derrotaron 2-0 a Xolos de Tijuana 2-0 en el Akron.
El “Rebaño” tuvo los primeros acercamientos importantes al arco fronterizo con un remate en el área chica de José Juan Macías a centro de Uriel Antuna, que desde el pitazo inicial se llevó los abucheos del público por la polémica en la que estuvo envuelto a lo largo de la semana.
Sobre los 11 de juego y tras una jugada atropellada en el área, Christian Rivera metió la mano. El VAR revisó la acción y marcó penal para los rojiblancos. Sin embargo, el marcador se mantuvo en ceros, pues el cobro de J.J Macías fue muy anunciado y Benny Díaz atajó sin problemas.
La falla golpeó fuertemente el estado anímico de los locales y el resto del primer tiempo se vio escaso de llegadas en ambas porterías e incluso Xolos terminó con mayor confianza al frente.
A los cuatro minutos de iniciado el segundo tiempo, Chivas pegó para romper la igualdad. Alexis Vega tomó la pelota en las afueras del área y tras avanzar unos metros, sacó un potente disparo que se coló a las redes para poner el 1-0 parcial.
La insistencia de los tapatíos se mantuvo a pesar de tener la ventaja en el marcador y de no ser por las excelentes intervenciones en defensa de Díaz, el partido se hubiera definido muy pronto.
A pesar de esto, los dirigidos por Víctor Manuel Vucetich tuvieron su premio a los 80 minutos en un contragolpe iniciado por Sergio Flores que Isaác Brizuela culminó por la banda mandando un centro hacia Oribe Peralta. El “Cepillo” con mucha tranquilidad asistió a Jesús “Canelo” Angulo que tras quitarse al defensor reventó el arco para poner el 2-0.
Ante la desesperación por el resultado, el cuadro fronterizo se quedó con 10 en el campo tras la expulsión por doble tarjeta amarilla de Gonzalo Jara tras un codazo sobre Angulo. Chivas se dedicó a guardar el balón en los últimos minutos y el resultado se mantuvo para darle la victoria a los jaliscienses.
CRÓNICA: OSCAR IBARRA.