- Los islandeses sueñan con llegar a Qatar 2022 y pelearán por un lugar en el sector J con las demás selecciones involucradas como Rumania, Macedonia y Armenia.
La siempre favorita Alemania inició con pie derecho su camino al Mundial Qatar 2022, derrotando 3- a la Selección de Islandia. Ambos equipos se encuentran en el Grupo J de las eliminatorias de la UEFA.
Iniciaron los primeros 45 minutos en el Estadio MSV-Arena, los teutones abrieron el marcador con gol de vestidor de Leon Goretzka, con un zurdazo desde el centro del área, haciendo el 1-0.
Después de unos cuantos minutos el conjunto alemán amplió la ventaja con el delantero Kai Havertz, disparando desde el centro del área al centro de la portería, poniendo el 2-0.
Cuando se cumplían los primeros 30 minutos de juego, la selección de Islandia tuvo la primera llegada de peligro con Runar Mar Sigurjonsson rematando desde el interior del área pero fue rechazado por el guardameta Manuel Neuer.
Alemania, tuvo 5 oportunidades de gol por parte de Goretzka y Joshua Kimmich pero no pudieron ampliar la ventaja aunque dominaron por completo la primera parte del encuentro, dejando el marcador 2-0 para irse al descanso.
Comenzó la parte complementaria, el equipo de Joachim Löw anotó el tercer gol con un remate desde fuera del área de Ilkay Gundogan mandando el balón junto al palo izquierdo al minuto 56’.
Islandia no cruzó los brazos y siguió buscando el gol al minuto de la tercera anotación de los rivales, Aron Gunnarsson remató desde fuera del área pero el guardameta del Bayern Múnich, no tuvo ningún problema para rechazar el disparo.
Alemania tuvo el control de los últimos 20 minutos de partido, al minuto 70’ Kimmich asistió a Serge Gnabry en donde parecía la cuarta anotación de los teutones con remate desde el centro del área que se estrella en el poste derecho del arquero Hannes Þór Halldórsson, perdiendo oportunidades claras aun así la selección alemana arranca las eliminatorias con 3 puntos importantes, siendo líder del Grupo J, en donde se espera que mantenga el liderato.
CRÓNICA: SILVANA ALCAZAR