El Auditorio Gota de Plata, en Pachuca, Hidalgo, fue la sede para albergar la novena Ceremonia de Investidura en el Salón de la Fama en el Futbol, Clase 2019. Diez ex jugadores a nivel nacional e internacional se convirtieron en inmortales, donde quedarán con letras escritas su legado en el mundo del balompié.
A nivel nacional, Pavel Pardo fue el primer inducido gracias a su labor como mediocampista en América, Atlas, Stuttgart de Alemania y Selección Mexicana.
Tomás Balcázar, conocido por ser abuelo de Javier Hernández, fue otro de los inducidos. Alicia Vargas encabezó la rama femenil tras ser una de las pioneras en el balompié mexicano para mujeres.
Gustavo Peña, recordado con Cruz Azul, Oro, Jalisco, Monterrey y ser capitán de la Selección Mexicana en los Mundiales 1966 y 1970. Miguel Calero, emblemático portero del Pachuca, ingresó por lo realizado como portero e ícono del futbol mexicano, quien otorgó campeonatos a nivel local y continental.
Tomás Boy fue galardonado por su trayectoria como mediocampista ofensivo y ser el máximo goleador de los Tigres antes de que André-Pierre Gignac rompiera su récord.
En la rama internacional, el técnico Didier Deschamps ingresó por trayectoria como entrenador y jugador. Siendo Juventus, Marsella y Mónaco, los equipos más destacados, sin olvidar los títulos de campeón en Mundiales con Francia como jugador (1998) y DT (2018).
Gabriel Batistuta con Inter de Milán, Roma, Fiorentina y la Selección de Argentina. Sissi, una de las mejores jugadoras de todos los tiempos con Brasil.
Raymond Kopa, uno de los primeros ídolos de Francia y del Real Madrid, destacó en la inducción a nivel internacional. Arrigo Sacchi, quien hiciera un cuadro en la élite con Milán, a finales de la década de 1980.
Finalmente, Javier Zanetti, ex capitán del Inter de Milán, fue el último inducido al Salón de la Fama por su labor con el cuadro lombardo, al disputar más de 800 encuentros y más de 1000 en toda su carrera.