Cómo le voy a contar a mis hijos de Maradona si nunca lo vi jugar
Si algún día tengo un hijo se acerca y me pregunta, ¿Quién fue Messi? Detendría mi cuerpo por un segundo y seguramente resoplaría en señal de nostalgia. “Siéntate, te lo voy a contar”, le diría.
“Leo Messi fue el mejor jugador que he visto. Tenía una zurda maravillosa, siempre hacía cosas que ningún futbolista contrario esperaba, veía la cancha de una manera distinta. Lo que más me sorprendía era la definición, hacía goles con una sencillez, hacía ver todo tan fácil… Incluso me sacó un par de lágrimas alguna vez. Fue como un poema aquel gol al Bayern Múnich; en principio dejó sobre el césped a Jerome Boateng, un defensor alemán muy completo, fiel a su estilo y posterior al drible picó la pelota por encima del arquero y convirtió un gol de esos que quieres volver a ver 100 veces más. Cada vez que lo recuerdo me vuelvo a emocionar”.
Para escribir líneas en un texto la conexión entre la pluma y el papel se relacionan directamente a tu experiencia vivencial. El haber estado involucrado en la historia te da una mirada precisa de lo que buscas contar. Lo que no entiendo es la conexión que yo tengo con Diego.
Maradona nació 30 años antes de que yo lo hiciera y se retiró en 1997. Lo poco que conozco de su futbol es por videos, libros, entrevistas, etc. Sin embargo lo tengo tan ensamblado a mi vida. Es uno de los pocos personajes en mi existencia por el que me envolví en llanto sin siquiera conocerlo.
Diego es de todos nosotros, no hace falta haberlo saludado, no necesité nunca gritar uno de sus goles. He escuchado gente que se salvó de la muerte en un conflicto armado por usar una camiseta con su imagen. Es que el futbol atraviesa hasta la más compleja de las disputas.
Hizo el gol más grande de la historia del futbol, lo acompañó el relato más emotivo de todos los tiempos. Vaya desparpajo del Pelusa para “dejar en el camino a tanto inglés”. El mismo día le designó nombre a “La mano de dios”. Fue como un regalo a su gente pocos años más tarde de la Guerra de las Malvinas.
No sé si algún día tendré un hijo y si me preguntara quién fue Diego, pero lo cierto es que sí sabré decir que me hizo amar el futbol, entendí a la perfección lo que significa ser rockstar de la pelota, esa misma que jamás se manchará.