- Brady tiene una nueva casa.
El mayor problema de Tom Brady durante su caída en 2019 no fue el hecho de que era un mariscal de campo de 42 años que jugaba en un estadio de clima frío. Era que sus receptores no mostraban la calidad deseada.
Rob Gronkowski se retiró. Josh Gordon fue ineficaz, lesionado, liberado y luego suspendido por la liga. Ben Watson fue suspendido por los primeros cuatro juegos de la temporada y tenía 38 años. Ni N’Keal Harry ni Mohamed Sanu proporcionaron el valor que esperaban.
Brady dejó el único equipo que ha conocido en las últimas dos décadas para firmar con los Buccaneers. Si bien es cierto que Tampa Bay no puede ofrecer el legado o el prestigio que Tom dejó atrás, sí puede ofrecer a Mike Evans, Chris Godwin y la mejor oportunidad del viejo mariscal de campo para demostrar que puede ser un pasador de primer nivel fuera de la influencia de Bill Belichick.
Brady mejoró instantáneamente su cuerpo de receptores al moverse hacia la NFC. Hay dos aspectos positivos principales que trabajan a favor de un mariscal de campo en Tampa. El primero es el entrenador en jefe, Bruce Arians.
La guía de Arians brilla más con un amplio Pro Bowl para impulsar su ofensiva. Tiene dos de ellos con Evans y Godwin, que se han convertido en una combinación mortal de juego como receptores.
Evans es un monstruo de 6’5 con el atletismo y la agilidad para dejar a los esquineros atrás. En seis temporadas como profesional, nunca dejó de tener al menos 1,000 yardas por recepción. Su tamaño, fuerza y velocidad lo convierten en el WR perfecto.
La tercera temporada de Godwin en la liga fue la mejor hasta ahora. Estableció los máximos de su carrera en atrapadas (86), recibiendo yardas (1,333) y anotaciones (nueve) en 2019 a pesar de jugar en solo 14 partidos.
Los Bucaneros de Tampa Bay se colocan como fuertes candidatos a llegar al Super Bowl con la llegada de un QB como Tom Brady.
