A 10 años del “robo” más grande del futbol


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Uno de los legados más grandes de la historia comenzó con un descarado “robo arbitral”.

Hoy se cumplen 10 años de uno de los cotejos más polémicos de la historia del futbol. La semifinal de vuelta de la UEFA Champions League fue un parteaguas en todos los sentidos; fue el comienzo de uno de los legados más grandes de la historia de este deporte, pero a pesar de esa mencionada grandeza…”El robo de Stamford Bridge” nació.


El seis de mayo del 2009, tras un cerrado juego de ida que terminó 0-0, Barcelona y Cheslea se enfrentaban en el mítico Stamford Bridge. Cualquier empate con goles le daba el pase a los catalanes, por lo que los ingleses estaban obligados a ganar.

Desde los primeros minutos, ambas escuadras salieron a atacar dejando de lado las formalidades de los primeros instantes. Lo anterior provocó que el medio de contención Michael Essien se animara a intentar un disparo de larga distancia, el cual entró directamente en el ángulo defendido por Víctor Valdés, cuya estirada hizo más espectacular la diana.

A partir de ese momento, los ingleses se dedicaron a mantener la ventaja durante prácticamente los 90 minutos. Durante ese transcurso, el silbante designado por UEFA, Tom Henning, se negó a marcar una clara mano del defensor central Gerard Piqué.

Trascurrieron solo unos cuantos minutos cuando se cometió una severa falta sobre Didier Drogba, quien cayó desplomado al suelo. Henning lo interpretó como un intento de engaño del africano y no se llevó el silbato a la boca.

Los catalanes en su necesidad de conseguir el tanto del triunfo “quemaron las naves”, acto que propició un juego abierto y con grandes oportunidades en ambos marcos. El minuto 90 llegó y el técnico Guus Hiddink hizo ingresar al defensor Juliano Belletti, con el objetivo de cerrar por completo las filas y adjudicarse el boleto a la final, sin embargo, en tiempo agregado una genialidad de uno de los emblemas del futbol, Andrés Iniesta, disparó de tres dedos dejando Stamford Bridge en un silencio ensordecedor y una debacle de tristeza en los rostros de todos los que portaban el uniforme azul.

Hasta ese momento, ya era un juego para la eterna polémica, pero existía tiempo para una más. El capitán alemán, Michael Ballack, disparó a puerta y el delantero ahora convertido en defensor Samuel Eto’o en su intento de bloquear el disparo terminó por meter la mano izquierda. Una mano clara pero Hiddink dice que “no pasó nada” a lo que Ballack reaccionó con ira contra él. Al final del juego, Drogba volteó a la cámara y declaró “Es una vergüenza”.

Barcelona llegó a la final y se consagró campeón y a la postre se convertiría en el equipo más dominante de la nueva época, pero ni siquiera ese sublime logro ha conseguido hacer olvidar el descaro arbitral de hace 10 años.


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